Cursos en ejecución
1.-
Situación de partida
Las Leyes
europeas de Prevención de Riesgos Laborales, al reconocer la organización y la
ordenación del trabajo como condiciones susceptibles de producir riesgos
laborales, incorpora la necesidad de diagnosticar y prevenir los riesgos
psicosociales con el objetivo de erradicarlos y ofrecer entornos laborales más
saludables.
Dentro de estos riesgos laborales de
carácter psicosocial, el estrés
laboral y el síndrome de burnout ocupan un lugar manifiesto, pues son una de las
principales consecuencias de unas condiciones de trabajo de cierta adversidad,
fuente de disminución del rendimiento y de la productividad y la baja laboral entre
otros aspectos negativos de la situación laboral.
Todas las profesiones donde el
trabajador interactúa constantemente con personas, siendo estas el objeto de su
trabajo, generan un elevado estrés laboral que de no controlarse pone en riesgo
el equilibrio psicosocial de los trabajadores con las consiguientes
repercusiones en su salud general. La profesión de cuidador de ancianos o
menores es una de las que produce altos índices de estrés laboral. En este
sentido, los profesionales que trabajan con menores o con otros colectivos de
personas mayores o enfermas crónicas son susceptibles de presentar estrés
laboral en algún grado a causa de la variedad de situaciones de presión y de requerimientos
en cuanto a resultados y niveles de calidad y rendimiento se le exigen al
tratarse de un trabajo directo con personas.
Los medios que las empresas y
organizaciones pongan a disposición de los trabajadores para paliar o remediar
estas situaciones de estrés son fundamentales (por ejemplo, entre otros, la
formación efectiva en este tema). Sin embargo, igualmente esencial para el
manejo del estrés laboral es el esfuerzo del trabajador en modificar aquellas
conductas y formas de pensar para no caer en sus redes.
2. Objetivos
3. Contenidos
4. Desarrollo de las sesiones y las horas no presenciales:
1.- Situación de partida
La educación debe preparar para la vida y
toda educación tiene como finalidad el desarrollo humano hasta el límite máximo
que se pueda conseguir. Esto implica proporcionar habilidades para el
desarrollo evolutivo y socio-emocional en la medida posible. En el contexto en el que nos movemos y como
punto de partida, trataremos de incidir en dos aspectos: en el grupo personas con
déficits cognitivos como conjunto y en lo humano como individual. Cuando
hablamos de desarrollo en el propio grupo nos referimos a que el modelo de
aprendizaje socio-emocional de mayor relevancia para estas personas es el
cuidador/educador puesto que supone el
espejo donde ellos van a mirar día tras día, y cuando hablamos de desarrollo
humano nos referimos al valor de la comunicación entre educador y educado.
La formación inicial de los
cuidadores/educadores sigue siendo inexistente en torno al mundo emocional. De
aquí que esta carencia sea conveniente suplirla con la formación continua. Como
punto de partida hacia esta formación surgen dos necesidades:
a)
Necesidad del
educador/cuidador de una formación previa sobre un conjunto de habilidades que
suponga un buen desarrollo su propia inteligencia emocional. NIVEL 1.
b)
Necesidad del
educador/cuidador de una formación didáctica sobre el aprendizaje de las personas
a su cargo respecto al mundo de las emociones. NIVEL 2.
2.-
Objetivos
3.- Contenidos